La manifestación del usurpador, del hombre impío, en el lugar Santo es, junto a la Apostasia que le antecede, los dos signos que San Pablo da a los Tesalonicenses del fin de los tiempos


"No debéis pensar que Yo haya venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la espada. Pues he venido a separar al hijo de su padre, y a la hija de su madre, y a la nuera de su suegra. Los enemigos del hombre son los de su propia casa." 
Mt. 10, 34-36.


"La verdad engendra odio" proclamaba San Antonio de Padua, y Cristo decía a sus parientes: "a ustedes el mundo no puede odiarlos, a mi si que me odia, porque yo demuestro que sus obras son malas". Jesucristo es Espada de doble filo y piedra de tropiezo, causa de caida y elevación, tanto hoy como ayer.

Lo último que pudiera verse en el pasaje citado es a un Cristo pacifista: "yo no he venido a traer la paz". ¿pero entonces cómo dijo en otra oportunidad "la paz os dejo mi paz os doy"? 
Porque una vez aceptada y vivida la Verdad, que es Cristo, la paz se anida en nuestra alma. 
El mundo no puede dar la paz y la Iglesia no puede lograr una paz por fuera de Nuestro Señor, esa falsa paz no sólo está condenada por la Iglesia, bajo los nombres de Irenismo y Americanismo, sino que consuma una traición. 
Segun la visión del Anticristo de Fulton Sheen, ese será el ardid del anticristo: se dirá pacifista. Sabemos que el demonio suele revistirse de ángel de luz. También el último catecismo, el de Juan Pablo 2, nos habla de una "impostura religiosa" que sobrevendrá bajo el precio de la apostasía de la verdad. 

"La sal es una cosa excelente, pero si se desvirtua ¿con que se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser arrojada fuera y pisoteada por los hombres". Mt. 5. 13.
Si la doctrina cristiana se desvirtua ya no puede volver a ser salada, y solo servirá para ser arrojada afuera y pisoteada por el mundo. De ahí la importancia de la Sana doctrina en la Iglesia, solo ella encarnada en cada hombre da sabor sobrenatural a este mundo que pasa , anunciando la vida Eterna en Cristo Jesus y preservando al mundo de la corrupción del pecado.
Las palabras recientemente pronunciadas por Benedicto XVI: "El aborto legalizado en paises cristianos y el matrimonio homosexual son dos signos del anticristo" no deben tomarse a la ligera. ¿por qué signos del anticristo? Porque es la inversión de la moral cristiana y aun de la moral natural en las naciones católicas que habían abrazado la Fe. San Pablo instruía a los Tesalonicenses sobre la venida de Nuestro Señor revelándoles dos hechos que debían ocurrir antes: La apostasia y la manifestación del hombre impío, del anticristo, que usurpará y se asentará en el Templo de Dios, dicéndose Dios y levantándose contra todo lo sagrado. 
Las naciones católicas están en proceso de abierta apostasia. Y la Iglesia se ha abierto desde hace décadas a un peligroso "diálogo" con el mundo; con el judaísmo, con la masoneria, con el protestantismo, "desalándose" para fundirse con ellos en una fraternidad de religiones, que Cristo no pidió, y con un lenguaje que no es el de la Tradición. El peligro de una renuncia desde las altas jerarquías a la Santa Fe es real. Pero las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. 

Los signos escatológicos  en nuestros días son claros. Baste agregar a lo ya dicho dos más:  Las manifestaciones Marianas por un lado: La Salette, Lourdes, Fátima, Rosa Mística, Akita, etc. Apariciones proféticas con mensajes similares sobre el Castigo de Dios a la humanidad (para que vuelva hacia El, porque de otro modo como va el mundo el ser humano no vuelve. Démosle gracias), aprobadas por la Iglesia la mayoria de ellas, y con una recurrencia y fuerza que jamás se habian visto. El fenómeno de Fátima, por ejemplo, no tiene precedentes en la historia.
Por otro lado, otro signo: la conformación de un gobierno mundial impío, constituído por logias y sectas de raíces satánicas, que niegan a Jesucristo, y que viene logrando una concentración de poder inusitada, perpetrando sus engaños a escala planetaria con un poder de dominio tal que ni Napoleón lo hubiera soñado... 
Esto está en el Apocalypsis: un gobierno mundial, que tendrá potestad sobre toda nación, lengua, pueblo y raza. Y que impondrá una marca o sello, sin el cual no podrá venderse ni comprarse, y su imagen será vista en todos lados y se exigirá que le rindan culto. La omnipresencia de la imagen virtual y el dinero electrónico o microchips, son tecnologías que tranquilamente permitirían todo aquello.  
Los signos son claros, por lo menos habría que confesar que todo "huele a ello". Son tiempos escatológicos. Por mucho menos, La caida del imperio romano y el ocaso de la Edad Media suscitaron en su momento un resurgimiento de la escatología (el apocalypsis volvía a ser un libro de consideración central, como en parte resurge en la actualidad) y profetas como San Vicente Ferrer (llamado el angel del apocalypsis) surgían y movilizaban masas... hoy sin embargo un gran sector de la Iglesia Católica permanece extraordinarimente indiferente ante el contenido escatológico que le rodea, incluso ante las mismas manifestaciones marianas aprobadas por la Iglesia. Por ejemplo, Nuestra Señora de Akita, ignorada de tal manera que pareciera que nada hubiera ocurrido allí. Hay cierta lógica en esto sin embargo. Si no hay Fe ¿cómo interpretar los signos de los tiempos? 

"Cuando vean que sucedan estas cosas, ¡ánimo! levanten la cabeza. Pronta les está su liberación"
Lc. 21. 28





Comentarios

Entradas más populares de este blog